Artículos de interés

Espejito, espejito,… ¿Qué dice mi reflejo de mí?

Espejito, espejito,… ¿Qué dice mi reflejo de mí?

Un recurso para el cambio

 

¿Quién eres tú?

¿A quién ves realmente en tu reflejo?

Si te ves despeinado en el espejo ¿A quién peinarías? ¿A ti o a tu reflejo?

 

Pues aunque te parezca increíble, la mayoría de nosotros, intentamos por todos los medios peinar el reflejo en lugar de peinarnos a nosotros mismos.

Esto que parece un absurdo, es algo que aplicamos cada vez que pretendemos que sean las otras personas las que cambien en vez de realizar el cambio en uno mismo.

La ley del espejo es una creencia que afirma que las personas y las situaciones que nos rodean son un reflejo de nuestro interior. Es decir, lo que vemos en los demás es un reflejo de lo que somos o de lo que reprimimos en nuestro interior.

Esta ley se basa en la idea de que todos somos seres holísticos, y que nuestro mundo interior se refleja en nuestro mundo exterior. Por lo tanto, las personas y situaciones que nos atraen o repelen son una señal de aquello que necesitamos integrar en nuestro ser.

 

 

¿Cómo funciona la ley del espejo?

La ley del espejo funciona a través de la proyección. Cuando vemos algo en los demás que nos molesta, es porque en realidad estamos observando una parte de nosotros mismos que no queremos ver. Puede que ese aspecto no nos lo permitamos o bien, que cuando nos lo permitimos, nos juzgamos por ello.

Por ejemplo, si nos molesta que alguien sea egoísta, es posible que nosotros mismos tengamos un lado egoísta que estemos reprimiendo o bien que ser egoístas es un recurso que como lo juzgamos no nos lo permitimos y, por lo tanto, tampoco obtenemos los beneficios que esto nos podría atraer.

Hemos de tener en cuenta que “ser egoísta” es un aspecto que ya viene estigmatizado por el inconsciente colectivo, reafirmado por algunas religiones y la sociedad.

Pero cuando hablamos de ser “egoístas”, lo hacemos desde el punto de vista en el que priorizarnos y  valorarnos nos puede aportar un equilibrio emocional.

De la misma manera, las personas y situaciones que nos atraen son un reflejo de nuestros deseos y aspiraciones. Por ejemplo, si nos sentimos atraídos por alguien que es amable y compasivo, es posible que nosotros mismos queramos ser más amables y compasivos o que lo estemos siendo pero no nos lo reconozcamos.

El aspecto importante de esta Ley es que nos permite conocernos un poco más a través del otro y con ello poder asumir la responsabilidad de los cambios que queremos dar en nuestras vidas.

No desear que sea el otro quien cambie (peinar el reflejo)¡Es egoísta! si pensara más en los demás…” sino identificar en qué o con quién estás siendo tú egoísta y decidir si quieres cambiar esa faceta de ti o no, o bien descubrir si piensas tanto en los demás que te olvidas de ti mism@ y lo que estás juzgando en el otro es el recurso que te podría aportar un mayor equilibrio.

Algunos de los beneficios de la ley del espejo son:

·       Mayor autoconciencia

·       Aumento de la autoestima

·       Resolución de conflictos

·       Mejora de las relaciones

·       Crecimiento personal

¿Estás list@ para mirarte en el espejo? Hacerlo te abre las posibilidades a dar cambios en tu vida y transformarte en aquella versión de ti que deseas.

Si deseas conocer tu «reflejo» te invito a que realices la actividad de auto-indagación gratuita «La ley del espejo» que encontrarás en este mismo apartado.

 

Imágenes cedidas por Pixabay.com